El encanto de las Islas Feroe: es como un viaje a las Highlands de Escocia pero en miniatura, mucho más original y con menos turistas

El encanto de las Islas Feroe: es como un viaje a las Highlands de Escocia pero en miniatura, mucho más original y con menos turistas
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Territorio autónomo del Reino de Dinamarca, las Islas Feroe son un archipiélago situado en el Océano Atlántico Norte que no debe faltar en tu lista de destinos este 2024, especialmente si te apasionan los paisajes naturales, la tranquilidad, el mar y los paseos en plena naturaleza.

Antiguamente, estas islas eran territorio privado de unos pocos viajeros apasionados por la ornitología y el senderismo pero, hoy en día atraen a viajeros que buscan autenticidad, naturaleza preservada y espectaculares paisajes.

Además, es un lugar perfecto para los amantes de la ornitología ya que alberga miles de aves marinas, así como multitud de animales con los que podemos encontrarnos dando un paseo, gracias a la conservación de las zonas verdes (que ocupan la gran parte de las islas).

Estas islas se encuentran al norte de Escocia, entre Islandia y Noruega, por lo que la mejor época del año para visitarlas es entre mayo y septiembre, ya que durante el otoño y el invierno las condiciones meteorológicas pueden volverse extremas.

La isla de los corderos

Para llegar a las Islas Feroe podemos optar por ir en ferry. Hay dos opciones, o los que salen desde Dinamarca (Hirtshals) o los que parten desde Islandia (Seyðisfjörður), por lo que si viajamos desde España, tendremos que hacer una escala como mínimo.

Por este motivo, la opción más cómoda, rápida y sencilla es viajar en avión. Las Islas Feroe  cuentan con un único aeropuerto situado en Vágar, en la isla con el mismo nombre, al cual podemos volar con la compañía escandinava SAS y la feroesa Atlantic Arways desde Dinamarca, Noruega, Islandia y Escocia (durante todo el año) y también desde Portugal, Malta y España (en verano).

¿Y qué pueden ofrecernos estas islas? En pocas palabras, este archipiélago formado por 18 islas (de las cuales tan solo una se encuentra sin habitar) fue colonizado en el siglo X por emigrantes nórdicos, aunque algunos restos hallados en ellas conducen a la posibilidad de que estuviera habitada previamente por asentamientos de origen celta.

Frailecillo atlántico
Un frailecillo atlántico típico de Mykines (Islas Feroe) | Foto por Lubker / Pixabay

Esto nos sitúa en unas islas con muy pocos siglos de historia y con un corto paso de la humanidad por ellas. De hecho, la población del país es de unos 45.000 habitantes, la mitad de ovejas que residen en las mismas (de ahí su nombre, Føroyar, que significa isla de corderos).

De este modo, las Islas Feroe se convierten en un paraíso natural, muy alejado del turismo masivo que podemos encontrar en lugares similares como la isla de Skye (en las Highlands escocesas), que ha aumentado su número de visitantes considerablemente en la última década.

¿Y qué podemos ver o visitar? Básicamente, el plan estrella es el senderismo y los paseos en bici, ya que el pasatiempo principal es disfrutar de las increíbles vistas que ofrecen las islas: paisajes naturales, casi o completamente preservados, con sus asombrosos acantilados, enormes cuevas marinas y espectaculares montañas.

Uno de los principales atractivos de las Feroes es Mykines, una isla situada al oeste de Vágar que no se encuentra conectada por carretera al que solo se puede acceder o en barco o helicóptero (aunque son muy escasos, por lo que la mejor opción es reservar una excursión guiada de un día con alguna empresa turística.

Descubrir las Islas Feroe es descubrir un destino que ha experimentado un aislamiento durante siglos y, por tanto, ha conservado sus tradiciones, su autenticidad y su hábitat natural. Dieciocho islas montañosas te esperan, ¿estás listo?

FOTO DE CABECERA| Almassengale / Flickr

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