Visitar la capital de provincia con menos turistas de España es un planazo de otoño

Visitar la capital de provincia con menos turistas de España es un planazo de otoño
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Ocupar el último lugar de una lista no siempre es tan malo. Teniendo en cuenta los estragos que está haciendo el turismo en algunos destinos populares, como Venecia o Barcelona, ser la capital de provincia de España que recibe menos visitantes al año quizá debería considerarse una buena noticia.

Vimos el ejemplo con Zaragoza, suspendida en competitividad turística, pero con una nota excelente en calidad de vida. Y ahora nos lo encontramos en Huesca, una ciudad hospitalaria y tranquila que, según los datos del INE recogidos por el Heraldo de Aragón, en 2022 solo recibió en sus hoteles 89.427 viajeros.

Puede haber tantos factores para justificar esta escasez de turistas, que en lugar de buscar una explicación (sesgada) se me ocurre un plan mejor: aprovechar lo bonita que está Huesca en otoño, y que el clima es más amable, para hacer una escapada. 

Una ciudad para disfrutar paseando

Plaza Huesca
Facebook Turismo Huesca

Recorrer una ciudad a pie, sin tener que coger el metro o el bus, ni desplazarte durante largo rato de una punta a otra para no perderte nada, es lo más parecido a la paz mental. En Huesca no necesitas planear la ruta con antelación, solo salir a caminar, y la belleza de sus edificios, plazas y tiendas antiguas, saldrá a tu encuentro.

Callejeando por el casco histórico te encontrarás con obras arquitectónicas impresionantes, que reflejan la confluencia de culturas que han dejado huella en la región. Empezando por su Catedral gótica, que se erige majestuosamente en el punto donde antes había una mezquita musulmana.

Convento San Miguel Huesca
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No muy lejos, el Monasterio de San Pedro el Viejo es un destacado ejemplo del románico aragonés con un claustro que merece la pena visitar. Al igual que el Convento de San Miguel, más conocido como "Las Miguelas", que destaca por su torre románica y el ábside gótico.

Lo mejor es perderse por sus calles empedradas, porque hay mucho por descubrir. Y ya que estamos en otoño, acabar el paseo en el Parque Miguel Servet, un oasis urbano que en esta época tiñe de rojos y dorados sus más de 80 especies arbóreas.

De tapas o a la carta, en Huesca se come de lujo

Otro de los atractivos de esta ciudad aragonesa es la gran cantidad de buenos bares para tapear que abundan en el centro, donde la variedad, originalidad y calidad de las tapas no tiene nada que envidiar a las grandes ciudades.

Dicen que la calle Padre Huesca es la favorita de los oscenses a la hora del vermut, pero hay toda una “milla de oro” alrededor con muchas delicias para elegir. ¿Un clásico que nunca falla? La cafetería Comomelocomo, con tapas riquísimas y generosas.

Si buscamos algo más sofisticado, el restaurante Lillas Pastia, situado en el interior del precioso Casino de Huesca, ofrece exquisita cocina de temporada con la trufa negra, autóctona de Aragón, como producto estrella.

Aunque también podemos probar alguno de los restaurantes que acaban de ser galardonados con soletes Repsol: La Factoría, El Alambique y El Viejo Acordeón. Cada uno con su estilo, pero poniendo en común el buen hacer y la autenticidad que caracterizan las recomendaciones de esta guía.

Y todo esto a tan solo 50 minutos desde Zaragoza en tren regional y a poco más de dos horas desde Madrid con el AVE. Sin aglomeraciones, sin colas, con la oportunidad de pasar unos días improvisando y curioseando en una ciudad llena de historia y encanto. Hay que aprovechar, es de las pocas en las que todavía se puede.

Portada | jaumegarcia0 - Pixabay

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