El Parador de Cangas de Onís en Asturias, el monasterio y sus curiosidades
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El Parador de Cangas de Onís en Asturias, el monasterio y sus curiosidades

A orillas del río Sella y en pleno corazón de los espectaculares Picos de Europa, un lugar de belleza inigualable, el Parador de Cangas de Onís en Asturias es un excelente centro de operaciones para hacer un recorrido por el Principado.

El edificio, hoy propiedad de Paradores, es el antiguo Monasterio de San Pedro de Villanueva, una construcción con estancias de piedra y madera con decoración tradicional que alberga en sus muros una preciosa iglesia románica.

Por su situación es excelente para recorridos por los Picos de Europa (Parque Natural), o para acercarse al Santuario y los lagos de Covadonga o para acercarse a otras poblaciones asturianas como Ribadesella o Llanes que quedan cerca. Por su historia, su cuidada atención a los huéspedes y su rica gastronomía, es un lugar digno de recomendar.

El Parador de Cangas de Onís

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La construcción original era un antiguo monasterio del siglo XII establecido junto al río Sella, dentro del Parque Nacional de Picos de Europa. Este monasterio, tenía cierto poder y control sobre el río, siendo el encargado de tocar las campanas cuando se pescaba el primer salmón del río, al que se da, precísamente por eso, el nombre de campanu.

Era un monasterio pequeño, con unos diez abades, pero tuvo su importancia en la época de la Reconquista, debido al control sobre el río y a los sucesos que tuvieron lugar en sus alrededores. En él está enterrado el rey Favila, que yace en un templo construido en su honor.

Este templo fue construido en tiempos por el rey Alfonso I, esposo de la reina Ermesinda, hija de don Pelayo, en memoria del rey Favila, que fue encontrado muerto devorado por un oso. Ese primer edificio en el que enterraron a Favila, fue pues panteón real.

Reformas

Pero del panteón y de la basílica prerrománica originales no queda nada ya que, en el siglo XII se reformó dando al edificio un estilo románico, del que quedan tres ábsides construidos en sillar y los restos del claustro primitivo.

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En los capiteles románicos de la construcción destaca el de la foto que tenéis encima que muestra el beso del rey Favila a su mujer antes de partir y otras situaciones de su vida.

Otra reforma importante fue la que eliminó las tres naves longitudinades que tenía para convertirlas en la nave única que tiene el monasterio en su actualidad. Por último, la gran reforma de 1675-1700 fue la que lo transformó añadiendo el claustro actual y la torre del campanario.

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Más adelante, fue abandonado en el siglo 19, quedando francamente deteriorado. Por suerte, terminó como otros monumentos similares siendo recuperado como Parador Nacional de Turismo tras su reforma y ampliación. Desde entonces, está en la espléndida situación en la que se encuentra actualmente.

Otros datos de interés

Junto al Parador hay un gran árbol un tejo venenoso, un árbol utilizado para marcar lugares sagrados. Al parecer ese tejo es más que milenario, y por tanto anterior ala construcción de la Iglesia. Al parecer lo que señala es un antiguo emplazamiento celta sobre el cual se debió construir posteriormente el monasterio.

De las reuniones junto al tejo, viene la palabra concejo por lo que parece ser que donde estaban estos árboles eran lugares de importancia donde se reunían los vecinos para los acontecimientos, celebraciones o proclamas que correspondiesen a la ocasión.

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Si visitais el Parador de Cangas de Onís o si simplemente lo visitáis no dejéis de ir a su Cheese Corner donde podéis aprender de los quesos asturianos en una interesante cata guiada o probar sus platos tradicionales para reponer fuerzas antes de continuar viaje por Asturias.

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