Tómate una cerveza en el bar más remoto del mundo

Tómate una cerveza en el bar más remoto del mundo
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No es la primera vez que en Diario del viajero hablamos de lugares remotos, es decir, los mejores lugares para escapar del mundanal ruido, donde el ser humano es casi una rareza. Como Tristán de Acuña, un archipiélago británico compuesto por varias islas, que es el lugar habitado más remoto (es decir, más alejado de cualquier otro lugar habitado) de la Tierra, y como tal está inscrito en el libro Guinness de Récords. De hecho, al llegar te espera un letrero en el que se lee: Welcome to the Remotest Island.

Pero si nos centramos en los bares del fin del mundo, es decir, los bares más remotos, los que al llegar dan ganas de tomarse una cerveza y brindar por la lejanía con todo y la soledad, casi como en un escenario postapocalíptico, entonces hemos de viajar hasta el norte Australia. Allí nos espera un pub llamado Daly Waters, que se encuentra a unos 600 kilómetros de Darwin y 900 al norte de Alice. Por ello, además de tomarte algo, aquí también puedes hospedarte. ¿No te parece suficiente? Tranquilo, todavía tenemos bajo la manga un par de bares todavía más remotos.

Tir Na Nog, Indonesia

Tir Na Nog10
Un bar todavía más remoto que el Daly Waters (y también más paradisíaco) es el Tir Na Nog Bar (literalmente "de otro mundo" en la mitología irlandesa) se encuentra en la isla tropical de Gili Trawangan, en Lombok. La forma más rápida de llegar hasta allí es con lancha desde Bali.

Hotel Barentsburg, Svalbard

Pero el bar más remoto del mundo, el que verdaderamente parece que está en Marte, se encuentra en el último enclave ruso en la isla en Svalbard: el bar del hotel Barentsburg. No hay rutas que lleguen al bar y toma dos días de caminata llegar al lugar desde Longyearbyen. Pero vale la pena el esfuerzo, porque, a pesar de su sencillez, se vanaglorian de ofrecer el mejor comida, vodka y entretenimiento de la zona (básicamente porque son los únicos).

Barensburg Hotel, Svalbard, Norway

Svalbard también es el lugar más al norte del mundo habitado. La mayoría de los residentes viven en Longyearbyen. Los aproximadamente 2 000 ciudadanos de este pequeño pueblo minero con profunda tradición ballenera solo contemplan la luz del sol durante cuatro meses al año: es toda una experiencia pasear por sus calles iluminadas por el sol de medianoche, de azul índigo cósmico, siempre en anorak, gorro, bufanda y guantes, porque allí se suele estar siempre a bajo cero.

Barentsburg es un pueblo minero controlado por Rusia. El mar está congelado cinco meses al año. Los aparcamientos de coches disponen de un enchufe para conectar el coche, así se mantiene caliente el motor mientras estás estacionado y evitas que se congele y que no vuelva a encenderse más.

Si os apeteciera hacer una excursión fuera de las fronteras del pueblo, entonces es obligatorio por ley ir pertrechado con un rifle, porque allí también habita una comunidad de 3.000 osos polares de dos metros y medio de altura y unos 800 kilogramos de peso que no dudará en devoraros.

No hace mucho saltaba también a los medios de comunicación la noticia de que en este lejano lugar se habían hallado restos fósiles de reptiles marinos del Jurásico. Porque esto es el fin del mundo. Y lo mejor es brindar con un vodka por ello.

Vía | msn viajes

Imágenes | GondwanaGirl | Niels Elgaard Larsen

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