El perrito caliente más caro del mundo no se come en Nueva York

El perrito caliente más caro del mundo no se come en Nueva York
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Los perritos calientes (o frankfurts) que uno puede zamparse en esos puestos callejeros de la ciudad de Nueva York, seamos francos, distan mucho de ser una delicatessen. Son baratos, aportan calorías y pueden obtenerse en cualquier momento, ésas son sus principales ventajas.

Si queremos un perrito de mayor nivel gastronómico quizá deberíamos acudir al Gray's Papaya. Pero si de verdad queréis probar un perrito caliente delicioso (al menos por su precio deberá serlo) entonces no deberéis buscar un puesto ambulante en Nueva York, sino en Seattle.

El distribuidor de comida ambulante Tokio Dog puede servirte en la ciudad de Seattle el perrito caliente más caro del mundo, el Junni Bahn. Eso sí, hay que pedirlo con dos semanas de antelación.

No en vano, la elaboración es extremadamente precisa. El perrito está compuesto de un bratwurst de queso ahumado de 30 centímetros, lomo de wagyu, setas maitake, cebollas teriyaki, foie, láminas de trufa negra, caviar y mayonesa japonesa. Todo ello servido en un pan de leche o brioche.

El precio de este perrito caliente es un tanto prohibitivo: 169 dólares contantes y sonantes, superando el récord anterior del California Capitol City Dawg, de 18 pulgadas y a la venta por 145,49 dólares en el Capitol Dawg de Sacramento, California. Pero no todo es ganancia para el restaurante, pues parte de lo recaudado va para la Cruz Roja de Estados Unidos.

Vía | Bustle

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