Un paseo por el parque Eduardo VII en Lisboa

Un paseo por el parque Eduardo VII en Lisboa
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Si nos alejamos del barrio de A Baixa hacia el interior de la ciudad llegamos al popular Parque Eduardo VII en Lisboa, un edén en la ciudad, un reducto de tranquilidad que nos aisla del bullicio del centro a pesar de estar prácticamente en él.

Hace un tiempo situaba este Parque entre las diez visitas imprescindibles en Lisboa, y es que recuerdo con claridad el buen rato que pasé recorriéndolo y las muchas fotografías que te ofrecen una Lisboa diferente, menos conocida.

El Parque Eduardo VII de Inglaterra es el mayor parque del centro de Lisboa, un espacio tranquilo junto a la Plaza del Marqués de Pombal, el punto que se toma como referencia para diferenciar la parte antigua de las ampliaciones más modernas de la ciudad.

En sus 25 hectáreas encontramos muchos lugares de interés, desde su parte más visible, la empinada vertiente que parece alargar la Avenida de la Libertade (de hecho, como tal fue abierto este espacio a principios del siglo XX), a la Estufa Fría y la Caliente, con nombres que remiten a alguna escultura doméstica pero que esconden nada menos que jardines botánicos.

El Parque en sus orígenes se llamaba Parque da Liberdade y fue tras la visita del rey inglés Eduardo en 1902 para afianzar la alianza entre ambos países cuando se renombró el parque con su actual denominación. Veamos los lugares más destacados del Parque Eduardo VII en Lisboa:

Estufa Fria Lisboa
  • En el lado noroeste del parque se encuentra la Estufa Fria, un jardín botánico de más de 8000 metros cuadrados que en el siglo XIX albergaba una cantera de basalto y hoy cuenta con numerosas plantas exóticas, riachuelos, cascadas, palmeras, arbustos con flores y bananeras, esculturas que dan al lugar un toque romántico... Este jardín fue inaugurado en 1930. Junto a las especies vegetales de distintas partes del mundo (partes de clima frío) los pavos reales y patos campan a sus anchas en el jardín y en el estanque. La "Nave da estufa" es un edificio singular semienterrado que funcionó como teatro hasta hace unas décadas y en el que se celebran distintos eventos en la actualidad.

  • Dentro de este espacio se sitúa la Estufa Quente o "Estufa caliente" que posee plantas y animales de clima tropical. Ocupa unos 3000 metros cuadrados en una especie de invernadero.

  • También la Estufa Doce o "Estufa Dulce", inaugurada como la anterior en 1975, se sitúa en este vergel y es el reino de los cactus y otras plantas crasas. Es la más pequeña, de apenas 400 metros cuadrados.

Para visitar la Estufa Fria con todas sus dependencias existe una entrada general (3'10 euros), aunque existe descuentos diversos y es gratis para niños, poseedores de la Lisboa Card o los domingos y días de fiesta. Consulta los horarios para no quedarte sin verla.

  • En la zona este del parque se encuentra un gran edificio inaugurado en 1932 como Pabellón de los Deportes y a partir de la década de 1970 se utilizó como centro de eventos culturales. Su nombre actual es Pabellón Carlos Lopes en homenaje al portugués ganador de la maratón olímpica en 1984 (Pavilhão Carlos Lopes). En la actualidad vemos este edificio algo deteriorado, con los paneles de azulejos y la pintura de las paredes desconchados. Su futuro es incierto, ha pasado por varios concursos públicos de adjudicaciones con cierta polémica y no sabemos si será Museo o algún otro espacio multiusos de utilidad pública. Merecería la pena que fuera restaurado, pues a pesar de su deterioro es un edificio con encanto.
25 abril Eduardo VII Lisboa
  • En el extremo norte del Parque se encuentra parapetado por altas columnas el Monumento al 25 de abril, obra de Joao Cutileiro, que rinde homenaje al día de la Revolución de los claveles que acabó con la dictadura. El conjunto escultórico suscitó cierta polémica en la población por su aspecto de reminiscencias (algunos tenemos que esfrozarnos para verlas) fálicas. Desde aquí obtenemos las mejores vistas panorámica de la ciudad.

  • Prolongando la parte alta del Parque Eduardo VII se encuentra el coqueto Jardín Amália Rodrigues, en homenaje a la fadista del mismo nombre, en la que podemos ver una escultura de Botero.

En el Parque Eduardo VII también encontramos restaurante con terraza, espacios para merendar, juegos infantiles... y en la parta baja, junto a la Plaza del Marqués de Pombal, hay una oficina de turismo.

Aquí se celebran varias ferias como la anual del libro, y en Navidad la parte alta del parque aparece adornada con un gran árbol iluminado por la noche, visible desde lejos por su situación privilegiada.

Pasear por el parque Eduardo VII en Lisboa resulta una experiencia muy recomendable, ideal para relajarnos y dedicar un tiempo a deleitarnos con sus rincones naturales y arquitectónicos al tiempo que disfrutamos de unas vistas impresionantes de la parte baja de la ciudad hasta el río Tajo.

Fotos | Cebete, Pedro Cambra y Dirk Olbertz en Flickr-CC Más información | Estufa Fria En Diario del viajero | El Jardín del Príncipe Real en Lisboa, Diez visitas imprescindibles en Lisboa

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