Recuerdo que estaba de paso por Ravena, enamorada de su ambiente, y entré en el Mausoleo de Gala Placidia casi por error. Nada en su austero y casi aburrido exterior, nos anticipa su riqueza asombrosa.
Se llega a ella en un corto paseo desde el centro de Ravena, pasando por la Basílica de San Vitale (a la que recomiendo dedicar unos minutos). Esta capilla del siglo V d.C. es tan poco pretenciosa que puedes pasártela por alto. Pero su interior te asombrará. Contiene una excepcional colección de mosaicos antiquísimos. La iluminación adecuada, a través de unos paneles translúcidos traen a la vida aquellos azules, dorados y burdeos.
Los mosaicos hacen brillar la cúpula con sus estrellas. Literalmente. Esta pequeña capilla en forma de cruz romana, fue construida en el 450 después de Cristo para Gala Placidia, hija de Teodosio, esposa de Constancio III y hermana de Honorio, emperador de Roma. En realidad, no sólo era "la hermana de...", sino que rigió por mano propia parte de la zona occidental del imperio cuando su esposo Ataulfo, rey de los visigodos, murió y ella reinó como regente de su hijo Valentiniano III que en ese momento tenía sólo 6 años.
De toda esa historia me enteré después de visitar este pequeño y magnífico mausoleo. De una riqueza sencilla y un virtuosismo artístico impresionante. El detalle de los mosaicos es digno de tomarse un tiempo y acercarse a ver cómo reflejaban los matices del tono de la piel, los pliegues de las togas, el brillo de las estrellas, en cada una de las pequeñas piezas que los componen.
El Mausoleo de Gala Placidia se encuentra en el centro de Ravena, detrás de la Basílica de San Vitale. La entrada costaba el año pasado unos 8 euros, pero con ese billete tenías acceso a mas iglesias con ejemplos de arte paleocristiano.
Foto | María Victoria Rodríguez En Diario del Viajero | Mausoleos a visitar: (I) y (II)