La iglesia que irradia luz azul cobalto como si estuvieras en el Cielo

La iglesia que irradia luz azul cobalto como si estuvieras en el Cielo
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Tendemos a pensar que la arquitectura gótica es oscura y fantasmal, pero estos adjetivos no se pueden aplicar a la iglesia abacial de Saint Denis, en las afueras de París, pues es una iglesia cuyo interior irradia una potente luz azul cobalto, como si sus visitantes estuvieran sumergidos en el mar. O en el Cielo. No en vano, el historiador Georges Duby describió la iglesia como un prototipo de la teología de la Luz

También es célebre en la historia del arte por ser la primera que se erigió en el estilo gótico, y está situada en Saint-Denis, cerca de París. Tiene el estatuto de catedral (de la diócesis de Saint-Denis) desde 1966 pero sigue siendo una abadía. Empezó a construirse hacia el siglo IV.

Por fuera, Saint Denis no tiene nada de especial. Es un edificio anodino, achaparrado, ladeado e incluso algo desaliñado. Pero si cruzáis el umbral de su entrada, entonces todo cambia, como si fuerais Dorothy llegando al multicolor reino de Oz desde el blanquinegro Kansas.

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A pesar de que la piedra de las paredes y las columnas es gris y apagada, el interior de la iglesia está perfectamente iluminado debido al gran número de ventanales con vitrales y a la delgadez de los pilares entre ellas. Hacia el altar, domina una luz azul oscuro. Si bien otros colores de los vitrales emiten bandas de luz enjoyadas hacia el suelo, la refulgencia azul rezuma por doquier, inundándolo todo.

Y es que el creador de Saint Denis, el abad Suger, empleó cristales azules, concentrándose en el extremo oriental de la catedral, donde la mirada de los devotos es contestada por el sol matinal. Tal y como explica Hugh Aldersey-Williams en el libro La tabla periódica:

Desde la ventana de la Natividad se deduce que sus artesanos medievales sabían que el color era especial: el propio Jesucristo está bañado por el rico color azul, y María también está envuelta en él. El azul ha sido siempre uno de los colores más difíciles de extraer de la naturaleza, y a menudo parecía tan intangible como el propio cielo. Pero Suger pudo aprovecharse de fuentes acabadas de encontrar de azul de la máxima calidad, que se obtenía de los minerales de un metal todavía no descubierto, el cobalto.

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Lo más sorprendente del cobalto es que es capaz de alcanzar una intensidad de color cinco veces superior a la de cualquier otro colorante del vidrio, de modo que ya podéis imaginar cuán azul es Saint Denis, como también lo son Chartres y Le Mans.

La demanda eclesiástica de este intenso azul fue asombrosa, hasta el punto de que el atuendo de la Virgen María empezó a colorearse de azul, y a través de esta asociación sagrada fue adoptado asimismo el azul por la monarquía francesa. De hecho, la demanda de vidrio azul fue tan elevada que tuvieron que emplearse otros azules, derivados del cobre y el manganeso.

Pero mientras que estos tonos menos estables se han deteriorado a lo largo de los siglos, el azul cobalto de Saint Denis y de los demás lugares donde se empleó ha permanecido tan genuino e intenso como en los tiempos de Suger, y algunos consideran que su “luminosa oscuridad” es la representación perfecta de la “divina presencia”.

Otra de las numerosas obras de arte que se hallan en la iglesia es el primer Órgano construido por Aristide Cavaillé-Coll. Este instrumento, construido en 1840 por Aristide, cuando sólo tenía 23 años, implica un número considerable de innovaciones, convirtiéndose así en un prototipo único en el mundo.

Fotos | Wikipedia

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