Excursión a Valldemossa (Mallorca)

Excursión a Valldemossa (Mallorca)
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Un rincón imprescindible en nuestra estancia en Mallorca es Valldemossa, un pueblo encantador en la Sierra de Tramuntana. Aún recuerdo la primera vez que pisé Valldemossa, una fría noche de invierno en la que lloviznaba aguanieve. Sí, no todo es sol y playa en Mallorca.

Una de las estampas más bellas que conozco de la isla es Valldemossa nevada con la sierra blanca de fondo. Pero Valldemossa tiene mucho que ofrecer en cualquier época del año. A menos de media hora de Palma de Mallorca encontramos este pueblo enclavado en la Sierra que parece trasladarnos a otra isla. Tras las curvas de la montaña, de repente se abre un valle con el perfil de las casas y las torres de Valldemossa colgando de la Sierra.

En general, todos los pueblos de la Sierra de Tramuntana sorprenderán al viajero, pero es esa Valldemossa que sólo encontramos tranquila en temporada baja la que probablemente haga que nos llevemos el mejor recuerdo. Pasear por sus calles empedradas y adornadas con macetas o con los azulejos en honor a Santa Catalina es todo un placer.

Sentarse en una terraza a degustar la coca de patata, un dulce típico de la zona, junto a la deliciosa horchata de almendra, es un lujo. Para alojarnos en Valldemossa tenemos múltiples opciones, desde hostales o casas rurales a hoteles de lujo, dependerá de nuestros gustos y presupuesto.

Aunque evidentemente la mayoría de la gente prefiere alojarse en otros lugares de la isla, sobre todo de playa, lo cual no quita para que nos acerquemos a Valldemossa a pasar una mañana o una tarde, y seguir nuestro recorrido por la Serra de Tramuntana.

Cartuja Valldemossa

No nos podemos ir del pueblo sin visitar la Real Cartuja de Valldemossa, antiguo monasterio del siglo XIV, famoso por haber sido la residencia de la escritora George Sand ("Un invierno en Mallorca") y del músico Chopin. En su interior alberga el Museo Chopin. La visita a la Cartuja, pervio pago, nos lleva por la iglesia, el claustro y las celdas y el palacio del rey Sancho, la parte más antigua de la Cartuja, del que hablamos más abajo.

Los jardines traseros de la Cartuja ofrecen un agradable paseo en ocasiones salpicado por pintores que exponen su trabajo. Las esculturas de Chopin o del Arxiduc Lluís Salvador, importante personalidad de la cultura mallorquina, se encuentran en este entorno. En la Cartuja pasaron temporadas otros personajes de la talla de Rubén Darío, Jorge Luis Borges, Jovellanos o Santiago Rusiñol. No me extraña que quedaran enamorados del lugar...

Personalmente me encanta contemplar desde el jardín la cúpula de la torre, con sus azulejos coloridos que reflejan el sol o las nubes confiriéndole en cada ocasión tonos verdes y azulados diferentes.

SantaCatalinaValldemossa

También podemos pasar por la casa natal de Santa Catalina Tomás, figura importante del siglo XVI conocida en toda la isla por el popular nombre de "La Beateta". En un bonito rincón del pueblo, antes de llegar a su casa natal abierta al público (en realidad es una sencilla capilla), hay una fuente con una escultura que representa una escena bien conocida de la Santa.

La joven Catalina aparece con un cántaro roto del que emana el agua. Cuenta la leyenda, y así es representado en los azulejos que inundan cada fachada de Valldemossa, que Catalina tenía tanta fe a la Virgen que acudía cada día a hacerle una ofrenda de agua en su cántaro.

El demonio, celoso, cada día hacía que el cántaro se rompiera y el agua se derramara para que no llegara a du destino. Aun así, la beata insistía día tras día en su propósito. Por más que el demonio intentara tentarla, ella no sucumbió.

Cerca de la casa natal también podemos echar un vistazo a la Iglesia Parroquial de San Bartolomé, del siglo XIII, muy reformada en el XVIII.

Valldemossa

Y no olvidemos asomarnos a "Miranda des Lladroners", un mirador desde el que se divisa Palma de Mallorca tras las pinadas y las curvas de la montaña y se obtienen unas vistas estupendas de la zona baja del pueblo. En algunas épocas ha habido un restaurante que ofrece las comidas en el mismo mirador. Si fotografiarse en los jardines de la Cartuja con su torre de fondo es ineludible, asomarse a este balcón e inmortalizar el paisaje también lo es.

Antes de llegar al mirador pasando por una calle estrecha, vemos una de las fachadas del Palacio del Rey Sancho que hemos nombrado anteriormente. El Palacio tiene el honor de haber recibido la visita de Reyes, Emperadores y Presidentes de todo el mundo.

Desde sus muros se disfruta de una espléndida vista hacia el valle y todo el pueblo de Valldemossa, y se puede visitar con la entrada a la Cartuja. En este espacio se celebran reuniones y eventos privados y en su interior, adornado de un rico mobiliario y pinturas.

En definitiva, Valldemossa es un lugar imprescindible en Mallorca, para recorrer con calma, perderse por sus callejuelas empinadas y detenerse en cada fachada, en cada paisaje de pinos, encinas, olivos y algarrobos que envuelven la Sierra de Tramuntana. La playa de Mallorca puede esperar.

Más información | Valldemossa, Museo Chopin En Diario del viajero | Mallorca, El Gorg Blau en Mallorca, Tres escapadas románticas por España

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