El castillo de Peracense en Teruel

El castillo de Peracense en Teruel
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Peracense es uno de los castillos más impresionantes de Aragón y de toda España, situado en un paisaje dominado por las piedras de ródeno, con componentes ferruginosos que le dan su característico color rojizo.

Como los constructores aprovecharon al máximo la topografía original del terreno, parece que el castillo y la montaña se funden, haciéndose difícil en ocasiones diferenciar dónde empieza la mano del hombre y dónde estamos frente a la naturaleza.

He visitado el castillo de Peracense en varias ocasiones, incluso en una muy especial en pleno invierno y con un tiempo más que gris y muy, muy frío, mientras caía aguanieve y el portero dormía en su caseta. Allí, completamente solos, pudimos disfrutar de este paisaje rojizo y los sonidos del viento, trasladándonos a otra época. No quisimos despertar al guarda.

Rodeado de un entorno natural único, el castillo de Peracense se asienta sobre una prolongación rocosa de rodeno fuertemente escarpada, que pertenece a la terminación sur de Sierra Menera, junto al cerro de San Ginés, en Teruel. Su cota media es de 1.365 metros sobre el nivel del mar.

Las fortificaciones que podemos encontrar en la zona surgieron con los numerosos episodios bélicos que se sucedieron desde hace siglos. En concreto, la inexpugnable fortaleza data de los siglos XII-XIII tras la ocupación cristiana del territorio turolense y en época de fricciones entre la corona castellana y la aragonesa.

Castillo Peracense

No obstante, las excavaciones arqueológicas permiten asegurar que el solar del castillo ya se ocupó desde el final de a Edad de Bronce, con un poblado a los pies de su lado sur, desde la Edad de Hierro. Ello fue debido a la riqueza minera de la zona, compatible con la explotación agrícola del cercano valle del Jiloca y con el pastoreo.

El castillo se ocupó de nuevo en época islámica (siglos X y XI). A partir de estas fechas la documentación histórica que se posee es muy escasa.

Con toda probabilidad, las grandes obras de reforma y ampliación del castillo se realizan a mediados del siglo XIV, con Alfonso IV y Pedro IV. Por ello, el espesor de los muros de este recinto (hasta 3,5 metros) y su configuración responden a la intención de soportar asedios con artillería y también de proteger el resto de los lienzos interiores de los disparos desde los altozanos próximos.

El recinto cuenta con tres partes amuralladas concéntricas hasta el último bastión, donde se hallaban la residencia del alcaide y un aljibe que recogía el agua de lluvia.

Paisaje desde el castillo Peracense

Todo el castillo ocupa una superficie superior a los 10.000 metros cuadrados y fue restaurado en 1986 para que el visitante pueda conocer cómo era la vida diaria en este estratégico enclave, en la vía natural de acceso hacia Aragón para las tropas castellanas.

El castillo cuenta con varios aljibes, almacenes, zona para la tropa, ermita y cementerio. Junto al cuerpo de guardia, situado a la derecha de la segunda puerta, se conservan restos de las reglas de juegos a base de perforaciones en la roca, que unidos a los dados hallados en las excavaciones ilustran parte de los pasatiempos de los defensores.

Con la unificación de los reinos de Castilla y Aragón y la unidad nacional, el castillo va perdiendo su función defensiva y estratégica, y se produce el consiguiente abandono provocado por el desuso.

La entrada al castillo de Peracense en Teruel cuesta 3 euros para los adultos y 2 para los niños. Conviene consultar los días y el horario de apertura, ya que en temporada baja es limitado.

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