¿Dónde iréis esta Semana Santa? La pregunta de la semana

¿Dónde iréis esta Semana Santa? La pregunta de la semana
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Llega la Semana Santa y, para muchos, es una pequeño hiato de la rutina laboral, tal vez para emplearlo en viajar. Para otros, sin embargo, es una época de recogimiento religioso o litúrgico. Tal vez también haya personas que mezclen ambos conceptos: viajes y devoción religiosa.

Una buena opción, habida cuenta del cambio de Papa, seguramente será visitar la Basílica Papal de San Pedro. Otros preferirán recalar en Jerusalén, ciudad de Israel guarda consigo los monumentos más memorables de la religión judía, islámica y cristiana. O la Basílica de la Virgen de Guadalupe, en México: año tras año recibe a más de 14 millones de fieles al año.

Y ¿vosotros?

¿Dónde iréis esta Semana Santa?

La pregunta de la semana anterior…

Hace siete días, Álvaro os preguntaba sobre si los niños molestaban en los viajes. Y éstas han sido vuestras mejores respuestas:

Papapete nos cuenta:

Molestan los padres que dejan campar a sus anchas a los niños, ya que están en un proceso de formación y si no se les educa correctamente obtendremos seres egoístas y sin educación ninguna. No soy partidario de una educación férrea (la detesto también, los niños son niños), pero de ahí a reír las gracias y dejar campar en absoluta libertad hay bastantes pasos.

Y pigafe:

Opino qué los niños no molestan en los viajes siempre y cuando estén bien educados tanto ellos como sus padres. Lo típico es que padres con hijos los dejen sueltos y se dediquen a hacer ‘turismo’ por lo que esos niños suelen molestar a todo el que pase por allí. Hay que ejercer la paternidad responsable y sobre todo tratarles con mucho amor, respeto y educación para que ellos puedan actuar de forma similar. A mi me encanta pasar tiempo con mi hija y no renuncio al turismo por lo que combino ambas cosas de forma satisfactoria.

Merak es quien nos ofrece una respuesta más amplia al respecto:

A ver… Los niños son pequeñas personitas que todavía no son hipócritas y que no han aprendido que vivimos en un contrato social en el que hay que intentar no molestar a los demás para que no te molesten a ti. Es más, mucha veces ni siquiera saben las cosas que molestan. Vamos, que los niños son niños. No es justo generalizar, ni siquiera con un crío en concreto. Hay veces en las que estará más de humor para patear un recorrido por un museo y otras en las que preferiría hacer otras cosas. Y puede que le dé miedo el avión porque no sabe qué es. Y al contrario que los adultos, no puede decidir qué hacer: lo llevan. ¿Que el problema es de los padres? Repito: aun dándoles una buena educación, son tan personas como nosotros y tienen un mal día y no les apetece hacer algo. No pasa nada con ellos ni con los padres (con algunos… a otros es para echarles de comer a parte). Y que conste que a mí me entran ganas de arrancarme los tímpanos cuando me toca escuchar a un niño llorando desconsolado en el avión o los críos correteando por todas partes, tocándolo todo y haciendo ruido, pero… Más me molestan ciertos adultos, con la diferencia de que un niño es un pequeño explorador del universo que está aprendiendo. Un adulto no tiene esa excusa. Así que me armo de paciencia, le subo el volumen al iPod y me aparto para que sigan corriendo. Aun así, estoy a favor de que no se permita su entrada en algunos sitios. La paciencia no es infinita y entiendo que no todo el mundo tiene ganas de ponerla a prueba en vacaciones. Eso sí: algunos, no todos.

Esperamos vuestras opiniones sobre la pregunta de esta semana, recordad: ¿Dónde iréis esta Semana Santa?

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