Normas básicas para convivir en el avión

Normas básicas para convivir en el avión
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Los viajes largos en avión (y algunos cortos también) pueden llegar a ser una pesadilla si nuestros vecinos de asiento no comulgan con las leyes básicas de convivencia y comportamiento a bordo.

Cuando compartimos espacio con otras personas hay ciertas reglas no escritas que todo ser medianamente civilizado debería respetar pero no todos lo hacen.

Siempre hay algún bárbaro que se pasa al prójimo por sus narices. Y lo peor es que a veces viajan con hijos.

Presentamos algunas de las situaciones más habituales que se dan en los viajes en avión y cómo resolverlas según Caroline Tigre, una experta en normas de buena conducta.

Si el niño de atrás no deja de patear nuestro asiento: apelando a la empatía de los padres, pedirles amablemente que por favor su angelito deje de patearnos el respaldo. Si aún así no deja de hacerlo, sugerirle al padre o la madre que intercambie asiento con la bestia el niño.

Tienes que ir al baño pero tu compañero de asiento se ha quedado dormido y no puedes pasar: en lugar de saltarlo por encima con el riesgo de que se despierte y nos encuentre en una posición embarazosa, debemos tocar suavemente su hombro y pedirle permiso para pasar.

Quieres relajarte pero tu compañero de asiento no deja de contarte historias: coger un libro o una revista puede ser suficiente para que entienda la indirecta. Si aún así no se entera que no quieres oírle más, decirle cordialmente que no pretendes ser grosero, pero que quieres leer tu libro. Un truco que nunca falla: colocarte los auriculares.

Tú y tu compañero de asiento se disputan el apoyabrazos: su uso debería ser compartido, pero si no has podido apoyar siquiera un segundo la punta del codo, puedes aprovechar un descuido o cuando tu vecino va al baño para colocar tu brazo y no despegarlo.

Vía | Travel LA Times En Diario del Viajero | Air Troductions, elige tus compañeros de asiento en el avión

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