Por qué les conviene a los lugares turísticos dejarse fotografiar

Por qué les conviene a los lugares turísticos dejarse fotografiar
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HOY SE HABLA DE

Mi gozo en un pozo. Llego a ese museo, a esa iglesia, a ese monumento que hace tanto quería visitar, y no me dejan hacer fotos. Tengo que contener mis manos porque creo que el impulso de apretar el botoncito para captar esa imagen es demasiado fuerte. Pero no me dejan, ¿por qué no me dejan hacer fotos?

Incluso ante las obras arte más delicadas una foto sin flash es inocua, ¿por qué entonces no fotografiar paredes, techos, suelos, muebles, esculturas, piedras, libros, cuadros… en tantos lugares turísticos?

Entendería en caso de obras de arte delicadas y el miedo a que se dispare algún flash furtivo, no se puede estar controlando al flujo de visitantes continuamente. Pero muchas veces nos hemos encontrado con lugares en los que parecía no peligrar ningún objeto y en los que sin embargo las fotografías estaban vetadas.

¿Tienen miedo de que se descubra que el lugar no merece la pena? ¿O de que se aireen demasiado sus bellezas y la gente se conforme con ver fotos en vez de visitar ese lugar? Ambas razones me parecen inútiles.

Fotos no

Si no tienes algo bonito que mostrar, da igual si hay fotos o no

Pongamos el caso de un lugar venido a más que suele decepcionar a los turistas. Haya o no haya fotos, hoy en día la información corre a través de muchos medios sin necesidad de imágenes. Si un lugar no merece la pena, hace tiempo que se sabría. Es peor dejar a un visitante decepcionado sin fotos que con ellas. Honestidad ante todo…

Es como si en un hotel me prohíben hacer fotos en la habitación. Lo único que podríamos pensar es que no quieren que se vean las carencias de sus instalaciones, ¿no es así? ¿Alguien reservaría un hotel sin ver fotos? Ese hotel cochambroso con cucarachas en las habitaciones ya verá mermada su reputación si necesidad de imágenes.

De todas maneras, creo que siempre hay algo bonito que mostrar en cualquier lugar: si no es esa sala del museo, será la otra, y si no, será el entorno, ese monumento en la localidad, los paisajes…

Qué bonito soy, fotografíame sin parar

Creo que todo el mundo ha visto la Sagrada Familia, el Taj Mahal o la Torre Eiffel (el edificio más fotografiado del mundo), y no por eso deja de visitar tales lugares emblemáticos. Sí, ya sé que me he ido a algunos de los monumentos más visitados del planeta, pero sirve para demostrar que no por hacer visible un lugar pierde interés.

En mi reciente recorrido por la Librería Lello de Oporto, una de las más bellas del mundo, no pude enseñaros mis fotos porque no me dejaron hacerlas. Lo mismo sucedió en la espectacular Long Room de Dublín. Me hubiera gustado mucho poder ilustrar tantos posts con mis propias imágenes…

Que luego piensas: demasiado prohibido no estará, porque algunas fotos sí se pueden encontrar del interior, lo cual, lo confieso, me da un pelín de rabia: ¿por qué yo no pude hacer fotos? ¿tengo que ser más osada y saltarme las normas? ¿solo dan permiso bajo petición, o a fotógrafos profesionales? Misterios…

Fotografiando turistas

Aprovechar el potencial de la difusión instantánea de fotografías

Mostrar las fotografías de nuestro viaje ya no es cosa de álbum y reunión con la familia el domingo por la tarde para darles el tostón. Ahora mostramos las fotografías en las redes sociales, al instante, y podemos crear nuestras propias guías en los blogs, páginas de viajes o foros.

A otros monumentos menos conocidos que los que hemos enumerado antes, les vienen muy bien las fotografías para publicitarse, de esa promoción gratis que hoy dan las redes sociales o los blogs, por ejemplo. Los smartphones han abierto muchas posibilidades en este sentido (y otros muchos).

Por esta misma razón, y de eso hablaremos otro día, los monumentos deberían tener red wifi gratis disponible para sus visitantes.

Queremos enseñar lo que hemos visto ahí, contarlo en directo y compartirlo con un público heterogéneo que va desde los mismos familiares a los que les volveremos a enseñar fotos, a amigos, conocidos o simplemente “contactos”. El público potencial de una fotografía en directo es inmenso.

Los encantos de Macchu Picchu, del Museo del Romanticismo o del Ecce Hommo en Borja, en directo. El tiempo ya se encarga de que unas visitas perduren y otras se pierdan en la memoria… haya fotografías o no.

Además, si los museos, monumentos y lugares de interés hablaran, seguro que no serían como las estrellas famosas que dicen “fotos no” (probablemente, porque no van bien maquilladas, o tienen un mal día…). A ellos les encantaría airear sus encantos y dejarse fotografiar. Ellos serían Creative Commons, y allí estamos los viajeros cámara en mano para no perdernos ni uno.

Fotos | Kennisland, daveynin y martinak15 en Flickr-CC
En Diario del viajero | Londres 2012: prohibido subir fotos a las redes sociales, Diez fotos que debes traerte de Washington DC

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