Una gallega en la India: Sobre mosquitos, vacas y otras epidemias

Una gallega en la India: Sobre mosquitos, vacas y otras epidemias
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HOY SE HABLA DE

Cuidado con las vacas, ¡que va a ser verdad que son sagradas! Hace unos días tuve un mal pensamiento y dios (viendo como estoy ultimamente diría que fueron todos los dioses del panteón juntos) me ha castigado.

Si es que la carne es débil, y después de quince días a dieta de arroz y sopa de lentejas pasé por delante de una vaca que estaba al solecito en medio de la carretera. Tenía esa cara que tienen las vacas de "me da igual ocho que ochenta" tan bonita ella con su pelito pelirrojo y pensé: "¡Mareliña, que churrascada hacíamos contigo, si es que esta gente no sabe apreciar las cosas buenas de la vida....!"

¡Óyeme, aquí al arroz le echan imaginación!: en crepes para desayunar, blanco para comer y en panecillos para cenar. Y a las lentejas, pues les echan curry... Pero ya después de días y días, te dices que por sacarle un chuletoncito a una vaca tampoco iba a pasar nada, si tienen mucha carne!

Total, que al día siguiente me levanto cubierta de picaduras, pero como si hubieran venido todos los mosquitos del país a cebarse conmigo, pero una cosa que yo no había visto en mi vida. ¡Menudas picaduras! ¡Desgraciados bicharracos que eso del "Venid y comed todos de mi" era otro! ¡Si quereis sangre iros a una iglesia, a ver si de paso os cae una buena hostia!

Y yo que soy tan optimista, pensando, ¡verás tu la malaria que vas a pillar!. O veras el dengue, que todavía es peor porque no tiene tratamiento... Y abro el periódico y leo: "Se teme una epidemia de Chikungunya en Tamil Nadu" (claro, queridos, tambien lo transmiten los mosquitos) y ahí ya me dio la risa. Cuando me empiece la fiebre se van a hacer una porra el medico y las enfermeras, qué será... será..... yo apuesto cien rupias por la malaria. Con estos pensamientos estaba yo cuando me llama mi Mamá querida, derrochando espíritu gallego, es decir, preocupada. "¿Que qué tal estás?" y yo mirandome las picaduras; "Pues bien" (de momento); "y qué, ¿te encuentras más turista?" y yo, "pues no, estoy sola en la vida rodeada de indios, mira que bien..." Y mi madre, "Es que estás tan lejos y sola... y si te pasa algo a ver que haces." Y yo pensando, pues eso digo yo, pero no te preocupes que lo voy a averiguar en breve, porque con este panorama me voy a poner enferma en cero coma.

Y ahí me acordé de Jorge, un español que me encontré por aquí, que me decía: "Lo primero que meto en la mochila; mi petaca de whisky. Y eso que en España yo no bebo, pero aquí nunca sabes cuando te puede hacer falta un trago." ¡Pero que gran verdad! Yo me quería tomar un trago y olvidarme un poco de mis penas, pero claro, en estas ciudades de buenos hindúes no se vende alcohol, bonita, si te quieres colocar deja la sopa de lentejas en la ventana, a ver si se fermentan, porque otra cosa....

Pero bueno, al final alguien debió interceder por mí porque me he venido a Mamahallapuram, donde hacen un poco la vista gorda con el alcohol y me he tomado una cerveza con unas gambas del tamaño de una langosta (no es un chuletón, pero tampoco estan mal, oyes) mirando como las olas rompían a los pies de un templo de hace 1.300 años.

Y además me he encontrado con una española que viene de Calcuta. "¡Con que gusto te estás comiendo las gambas!".- me decía. "Pobre, no sabe lo que le espera por Tamil Nadu", pensaría por dentro. Si es que ya lo he dicho... algo de tonta debo tener. Quiero decir, la chica me ha dicho que al fin y al cabo las picaduras que tengo no son de mosquitos! ¡Son del chinche de cama de toda la vida!

Si es que soy una agonias.

Bea Piñeiro

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