Vamos a abrir boca con una nueva especialidad de la cocina india: las pakoras. Se trata éste de un plato tomado normalmente como aperitivo o acompañamiento, aunque dado su valor calórico bien puede servir como sustituto a una comida; al menos, ¡si no queremos aumentar de peso durante nuestra estancia en el país!
Las pakoras son, fundamentalmente, verduras fritas en un rebozado de harina de garbanzo, huevo y agua. Así, encontramos pakoras de espinacas, berenjenas, coliflor, tomate y cebolla como las más comunes, aunque como suele ocurrir en India, la oferta se amplía hasta límites sólo marcados por la imaginación del cocinero, dando como resultado pakoras de queso (paneer pakora) e incluso pollo (en contadas ocasiones).
Los mercados de este país suelen ser un verdadero desfile de puestecillos donde las pakoras se venden en cucuruchos de papel, regadas con salsa picante a gusto del consumidor. En este caso, suele tratarse de pakoras variadas, y la sopresa llega al introducir el bocado a la boca y descubrir el ingrediente “secreto”: no habrán sido pocas las ocasiones en las que he dado un respingo al comprobar que lo que tenía entre la lengua y el paladar no era coliflor sino ¡un chili más picante que cualquier masala!
En cualquier caso, las pakoras son un plato realmente sabroso y adictivo, que hay que intentar comer con moderación, especialmente en estos puestos, donde el aceite se reutiliza una y otra vez: consumido en exceso puede ocasionar problemas intestinales más graves que cualquier diarrea.
Foto | Kirti Poddar en Flickr
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