Arqueología de Nueva York, miles de objetos descubiertos debajo de la Gran Manzana

Arqueología de Nueva York, miles de objetos descubiertos debajo de la Gran Manzana
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Antes de la llegada de los europeos a la actual Nueva York, esta isla era absolutamente diferente. Había colinas tapizadas de bosques, valles hoy rellenados para construir sobre ellos anchas avenidas. Vivían en ella mas de 5.000 miembros del pueblo Lenape. Había castores y nutrias y este pueblo cazador vivió allí libremente hasta principios del siglo XVII.

Con la llegada de los holandeses, comenzaron a comerciar con las pieles de estos y otros animales que, como ellos, vivían sin límites en su amplio territorio que incluía Manhattan. En los márgenes del río que hoy conocemos como Hudson, depositaban las pieles que comerciaban con sus nuevos vecinos venidos de Europa.

"El 24 de mayo de 1626, Peter Minuit les compró la isla de Manhattan a 60 florines neerlandés, lo que supuestamente equivaldría a $24 dólares estadounidenses de la época (unos $1,000 dólares de 2006). Los Lenape dejaron las islas y territorios que hoy constituyen Nueva York, se mudaron, se adaptaron y vivieron otra vida. Levantaron sus pueblos y los edificaron mas al norte.

Con el paso de las décadas, de los siglos, de las obras, fueron apareciendo muchos enseres y objetos de aquellos pueblos originales. Y muchísimos mas de las generaciones "blancas" que nacieron y vivieron en Nueva York desde entonces hasta ahora.

No hay obra que se levante en la Gran Manzana que no se tope con algo. Tal vez no tan extraño como la prenda interior femenina hecha de piel de nutria que apareció en excavaciones arqueológicas debajo del City Hall, pero con multitud de objetos que permiten pintar el ADN de una ciudad, cómo se fue formando, cómo vivieron los hombres y mujeres que la construyeron.

En el 114 West de la calle 47 funciona el Archivo Arqueológico de Nueva York, donde se almacenan miles de estos objetos, cotidianos, curiosos, banales. Muchos de ellos provienen de los fondos de la Universidad de Columbia, otros tantos de vecinos de Nueva York que guardaron en una caja en casa lo que encontraron debajo del jardín, u obreros que trabajaron en las obras de ampliación de un edificio, de la apertura de una calle o en las del Metro.

Desde abril está abierto al público previa cita. Un lugar curioso para viajeros curiosos. Para aquellos que gusten recrear historias a partir de pequeños retazos de aquellas vidas.

En Diario del Viajero | La ciudad sumergida de Japón

Imagen | Candy Tale

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